En la sombra de mis árboles todo se deforma.
Pequeños entes se dispersan, abrazando las veredas, jugando por el césped. Y yo danzo alrededor de aquellas sinfonías creadas por la gran naturaleza.
Mi vecina me observa con un rostro parecido a la extrañeza, o quizás, ¿es acaso envidia?

jueves, 22 de diciembre de 2011

Confusión dentro de mi

Te veo, por aquella pantalla que solo me mostrará un lado de ti.
Te cuento, tantas anécdotas al azar, con comentarios que ni pensabamos en usar.
Te escucho, aun que solo pueda obserbar simples palabras electrónicas...



Y pensar que todo esto lo siento frente a la inocencia de un niño dormido, frente a la grandeza de la naturaleza, frente a la enormidad de esta ciudad en donde vivo.
Viendo que vos estás tan lejos; contándote como te extraño; escuchando, atentamente, cúanto más nos quedará para volvernos a ver...

viernes, 16 de diciembre de 2011

¿Amor?


Amor...
Una palabra, dos sílabas...
Tan simple como decir hola....
Tan compleja como definir a la vida misma...
De todo tipo, tamaño, color y forma...
Amores...Rápidos, duraderos, cursis, a distancia, a primera vista, de cuento de hadas, difíciles, imposibles, platónicos...
Grandes, medianos, chiquitos...
De rosa, de gris, en negro y en blanco...
Amorios, amigovios, amigos con derecho, amores fugaces y amores de esos que parecieran que van a durar para siempre...
Tarde o temprano, encontrarás al tuyo...
Solo basta con no mentirse a si mismo...

lunes, 14 de noviembre de 2011

algo que llama mi interés


¿Te has fijado alguna vez en un espejo?
Si la respuesta es sí, habrás visto los innumerables detalles que este contiene en su marco, desde sus raros y bellos bordes hasta el más pequeño de los rasguños. Luego te habrás centrado en tu figura, en cómo estás y cómo te sientes con ella.
A continuación deberás haber visto a aquellos entes lúcidos… ¡¿NO?! , ¿no los has visto?, pues bien, te lo contaré..
Si observas detenidamente verás pequeñas y grandes luces rodeando al espejo, jugando a verte y a verse con gran curiosidad, admirando aquel reflejo. Esos seres son llamados Elementales…
¿Malos o buenos? No me interesa.
Yo solo se que les gusta jugar y, que conmigo, bienvenidos serán.
Por lo tanto, te invito a que te fijes, alguna vez, en un espejo.

domingo, 9 de octubre de 2011

Red blood, white snow


-“Nadaba  por  allí,  en aquel  río. Desde niña siempre venía  a jugar por aquí…”-.
Me decía  aquella  pequeña,  segura de  lo que  relataba.  Hablando  como  si  ella fuera una adulta declarando que “desde niña” venía, cuando aparentaba, a penas, tener 6 años.
Sorprendida de lo que me contaba, de sus anécdotas vívidas, me cautivó admirar  que sus ojos brillaban y de que estos brotaban pequeñas y cristalinas lágrimas.
Mientras en mi mente se cruzaban incógnitas como: ¿Por qué esta niña está aquí sola? ¿Por qué habla como si lo que me cuenta pasó  hace mucho tiempo si sigue siendo pequeña? ¿Por qué sufre tal melancolía? Pero lo único que pude hacer fue tratar de consolarla.
Ella me detuvo por un momento y dijo: -“¿Sabés qué es lo único que no es igual a esos instantes?”-. Se pausó, como si esperara mi respuesta, y luego continuo diciendo:-“Que, en ese momento, todo estaba cubierto con blanca nieve…”-. Se detuvo, como si una gran angustia le negara declarar más. Me miro, y en sus ojos se encontraba el rastro de un recuerdo melancólico y devastador.
Prosiguió: -“Aun que era difícil distinguir aquellos copos estando todo teñido de rojo, por donde miraras, a todo tu alrededor, rojo sangre”-. Imaginé aquel paisaje y comprendí el por qué  a ella le costaba tanto hablar de ello.
Cuando quise observar su rostro, nuevamente, ella ya no se encontraba allí, se había esfumado, transformado en nada menos que la nada misma.
Y así yo me quedé sola, con una anécdota más para contársela a la nada, porque nadie creería que en un lugar tan pacífico hubiese ocurrido tal tragedia, con solo dos colores a recordar: blanco y rojo…

lunes, 26 de septiembre de 2011

Sin dejarme dormir

Eres la causa de mi insomio.
Te sueño,
me derrumbo en tus palabras.
Me despierto
pensando que estarás ahi, esperandome,
pero lo único que encuentro 
es un hueco en mi cama.
Extraño tus besos,
anioro tus caricias,
espero una oportunidad del destino
con la única intensión de volvernos a ver.
Pues las redes sociales no bastan 
para saciar ese deseo,
porque el chat es demasiado simple 
para algo tan complejo.

Entre el ayer y el hoy

Cada día fue... Tan largo...
Aquella interminable cantidad de alfajores en la heladera...
La colección de motocicletas, intocables, que desapareció en el tiempo...
Cada etiqueta en la historia de las cosas...
Caminando por aquella "veredita", tratando de no pisar el suelo...
Pequeños regalos con nuestros nombres grabados en ellos...
Reliquias, casi obsoletas, con las que jugábamos, honradamente, con enormes sonrisas en nuestros rostros.

Y cada día es... Un paso, para entender que todo aquello no fue solo un sueño.
Que aquel olor a encierro y vejez en el chaleco no es más que su aroma de abuelo...
Adorando con ternura aquella vieja pluma oxidada y el portaminas que él solía usar, al que en estos instantes sostengo en mi mano.

Recuerdos de lo que fue y siempre será, del ayer al hoy...
Recuerdos que nunca olvidaré.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Caminando

Caminando.  Seguí recorriendo aquel muro.
Así es. Saliendo de mi hogar me encontré con una extraña estructura de carmesíes ladrillos y, para saciar  a esta molesta incógnita que había empezado a fabricar aquella  gran pared, empecé a bordearla, Queriendo llegar a su comienzo o a su final. Sin importar cuál fuera. Daría lo mismo.
De pronto, algo llamó mi atención. El muro seguía pero, donde yo me había parado, se encontraba una colosal puerta. Era increíblemente hermosa a mis ojos. No era de oro, ni demasiado exuberante. Solo tenía… una extremada cantidad de detalles. Era de madera;  de un color oscuro; con finos grabados en plata, los cuales  no se notaban a menos que se los mirara de cerca.
Quise abrirla pero, a pesar de mi gran esfuerzo, fue en vano. Por lo que, por pura casualidad, se me ocurrió tocar la puerta. De pronto esta se abrió, dándole a mis ojos el mayor gusto que pudieran tener.
Era otro mundo. Tan sereno y hermoso. Un bello crepúsculo se apropiaba del cielo que se encontraba detrás, y un frondoso árbol en la cima de una pequeña colina acaparaba toda mi atención.
En cuanto comencé a acercarme, percibí, ante mí, algo que no había logrado ver antes. Era una hamaca, la cual se balanceaba lentamente de adelante hacia atrás, y sobre ella se encontraba sentada una muchacha, hermosa en verdad, de largos y oscuros cabellos, de ojos azules como el zafiro, y con un delicado vestido que, por dentro de la falda, tenía varias capas de tul. No me había dado cuenta hasta que miré sus pies, se encontraba descalza. Aquellos tenían una apariencia de gran fragilidad y estaban, en gran parte, lastimados.
Regresé, nuevamente, mi vista a su rostro y registré que sus ojos se posaban en lo míos. Tenía una expresión de despreocupación. Quise hablar, pero ningún  sonido emitió de mis labios, fue entonces cuando ella dijo: - ¡Bienvenida!, te he estado esperando -.
Creo que fue ahí cuando mi rostro por fin demostró extrañeza. Ella prosiguió: - He buscado por todo tu mundo a alguien que sea digno de ver este o, aun que sea, que pudiera hacerlo. Así es. Los demás como tú, hasta ahora, no han podido ni darse cuenta de que este mundo vecino existe -.
Su rostro denotaba enojo hacia lo “demás como yo” y, a la vez, alegría porque yo pudiera verla.
Por fin, pude decir algo y fue: - ¿Por qué solo yo puedo verlo? ¿A qué te refieres con “los demás como yo”?y, si somos diferentes, ¿qué eres tú? - .
-         - Mi querida y nueva amiga -. Me interrumpió. – Tus preguntas son muchas, pero no importa, las contestaré de a una -. Hizo una pequeña pausa y siguió. – No sé muy bien la razón del porque puedas vernos pero, la diferencia entre ustedes y nosotros es simple, ustedes son humanos y… bueno, nuestro mundo… le podrías llamar “Mundo espiritual”-.
Hizo un gesto exagerado al pronunciar las últimas palabras.
Me observó, pienso que fue solo para ver si le seguía en su claro discurso.
-          -Soy la única de aquí que tiene aspecto humano. Los demás, bueno, es complejo y difícil de explicar a alguien como tú -. Proclamó con una vonto altanez un tara para mi gusto.
-         - Y… ¡¿Para qué me buscabas!? es decir, a alguien como yo… -. Declaré, un poco exaltada.
-         - He de necesitar una intérprete -. Dijo con soltura.
-         - ¿Intérprete? ¿De qué? -. Pregunté, intrigada de qué podría hacer para su mundo.
-         - Simple. Interpretarás lo que decimos a los humanos. Últimamente, cuando queremos ayudarlos, no nos entienden  y, a veces, queremos darle uno que otro consejo y, está ese temita de que no nos ven -. Declaró con tono amargo.
-          -¿Y tú crees que van a escucharme o, si quiera, a creerme? -.
Me miro con extrañeza.
-          -Te enseñaré -. Dijo sencilla y claramente.
-          -Ya que tienes forma humana, ¿por qué no lo haces tú misma? -.
-          -Lo siento, pero no puedo. Por favor, quédate  aquí, interpreta para los tuyos y haz que no me aburra -.
-         - ¡¿Qué no te aburras?! ¡¿Pero qué locura es esta?! . No soy el juguete de nadie!!! -.
-          -Lo sé, lo sé…  -. Su rostro se volvió triste y melancólico. –He escogido mal mis palabras, como dije antes, soy la única de forma humana y… comienzo a sentirme sola -.
Empecé a comprender, aquella muchacha no solo quería una intérprete, quería una amiga.

lunes, 15 de agosto de 2011

Este rompecabezas que se desarma con el tiempo

"Solo amigos..." . Nos dijimos por años, adorando las bellas palabras de consuelo que nos dábamos mutuamente. Quizás por el único motivo de no sufrir, quizás para sufrir juntos.

"Solo amigos..." . Contestábamos a quienes, con curiosidad, preguntaban por nuestra cercana amistad. Respondiendo con indiferencia o, simplemente, con ingenuidad.

 "Solo amigos..." . Me dije a mi misma, al ver los pequeños brotes de celos que surgían de aquella presente historia de amor que, en hermosos versos, él me contaba.

"Solo amigos..." . Dejábamos entender cuando compartíamos anécdotas; apoyándonos para ser fuertes, valientes, tratando de declarar a esa "otra" persona lo que sentíamos.

Pero... ¿Siempre pensamos en ser amigos?.
Las pequeñas rosas que me regalaste al tiempo de conocernos, ¿eran con el fin de formar una "amistad"?, ¿o tenían otro sentido?.
Aquellas sonrisas compartidas, ¿alguna vez valieron "algo más"?.

No.
Nuestra respuesta siempre fue:
"Solo amigos..."

domingo, 7 de agosto de 2011

Lo que se puede encontrar en una catedral

Era  tan  hermoso.
Todos  esos  detalles,  antiquísimos.
Caminé   por  ese  sendero,  rodeada  de  columnas  infinitas.
Por  las  ventanas  en  lo  alto ingresaban  centellantes rayos de  luz, los cuales  iluminaban  a la perfección  la  catedral.
El  silencio  sepulcral  que  allí  habitaba  me  hacía  sentir una  fría oscuridad  en  mi  interior.
Llegué  a  ver  a  alguien  delante  de  mí,  era  extrañamente bello.
Se  observaba  en  él   un  aura  sombría.
Sentado  sobre  el  atril  del  obispo.
Nadie  lo  veía,  excepto  yo.
Me  acerqué  y  me  dijo :-  ¡ Excepcional !, eres  la  única humana  capaz  de  verme … ¡ Qué   fascinante !- .Dijo  mientras  me  observaba  detenidamente.
Su  continua  y  melódica  risa  inundó  mis  oídos.
-No  eres  un  ángel – Le  repliqué  - ¿Qué  eres  entonces?- .
Entrecerró  sus  ojos  y  con  sus  hermosos  labios  cerrados  me mostró  una  gran  sonrisa .
-Es  cierto – Me  dijo – Soy  un  demonio- .
Nuevamente  me  dedicó  una  gran  sonrisa,  luego  se  esfumó.
No  alcancé  a  reaccionar.
Las  columnas  agrietadas,  el  atril  destruido.
La  luz  convertida  en  oscuridad.
Di  media  vuelta  y me  retiré  de  aquella  iglesia  que  nunca  había  existido.

Hoy voy a dar la vuelta al mundo sin salir de casa

  Me levanté por la mañana, el sol brillaba.
  Recostándome en un cómodo asiento, me dirigí hacia un lugar con clima siempre cálido, de distintos relieves en los cuales la presencia o ausencia de agua va dando lugar a distintos paisajes. Paré en un complejo funerario que se encontraba sobre un gran desierto de arena, con pirámides detrás, sin contar a la bella Esfinge, conocida como el “padre del terror” y considerada por los habitantes del lugar como el guardián de las pirámides.
  Luego deslizándome por aquí y allí, hice varias paradas. Estuve en un magnífico  Coliseo; caí en “la ciudad luz” por la Torre esplendorosa, en un gigante Museo, en una hermosa  Catedral; repté por una alta y puntiaguda torre, y por un bello templo en las alturas.
  Zambulléndome  por  lugares lejanos, comí el mejor arroz de todos mis tiempos;  paseé por maravillosos templos budistas; analicé el gran desarrollo industrial de un pequeño país.
  Estuve en una antigua colonia penal, el entretenimiento y la cultura  se destacaban y como ejemplo de ello había un enorme teatro con su audaz silueta.
  Viajé luego a un lugar de gran urbanización, allí se encontraba un edificio de cientos de pisos con una altura gigantesca conteniendo sobre si mismo  una cúpula que iluminaba con distintos colores según la época del año.
  Me dirigí a una ciudad donde los muertos reviven con la sola magia de representarlos, y luego me hallé en un carnaval de hermosas comparsas, coloridos ropajes y con ello los acompañaban alegres cantos y bailes.
  Miré al cielo y ya era de noche; me saqué los anteojos y los puse en su correspondiente estuche y para terminar cerré mi libro que tanto me había hecho viajar en mi imaginación.

sábado, 6 de agosto de 2011

un pequño viaje

Verde, todo era verde
por donde quicieras mirar
solo eso veías.
Solo por excepción de algunas flores
blancas, rosas o amarillas.

Grandes piscinas vacías
llenaban la parte trasera
y, en el final, 
caminando por un largo túnel
pasando por una puerta blanca
llegabas a una encrucijada.

Ya tomada la decisión
todo camino terminaba en un mismo final
una larga pileta de aguas cristalinas
te esperaba allí
con sus tibios brazos y suaves rozes.

Volviendo por uno de los tantos senderos
te encontrabas con unas pequeñas cabañas canadienses
de paredes blancas y puertas negras.
Allí, abriéndola, en la cama de arriba
dormí yo...

esos ojos que predicen mi futuro

Todos se alejan, me abandonan
no hay nadie que permanezca junto a mi
Todos desaparecen
desconozco la razón.

¿Qué pude haber hecho?
¿De qué seré culpable?
No lo se
no se nada

La soledad me agobia
y todos ya han partido
si quiera mis lágrimas están aquí
incluso ellas me abandonan

Mi tristeza y confusión ha de ser terrible
y sentándome en mi lecho
una fría y suave mano
se posa sobre mi hombro

Su cabeza se posa en mi
me mira y dice
"todo estará bien"
Me besa y se aparta

Dándome vuelta, lo veo allí
sentado frente a mi
mirándome fijamente con sus hermosos ojos rojos
Los ojos rojos de un demonio

Unas lágrimas sin final

Mirando el bello deslumbrar de la luna,
mis ojos sangraban largas gotas cristalinas.
Mi boca sintió el amargo gusto de la confusión.
El viento sopló delicadamente sobre el pacto
que un día hice con vos.

Me miraste, o eso yo sentí,
tu mano rozó mi mejilla
tratando de parar al pequeño río que por allí pasaba
y viste que, aún así, yo lloraba.

A pesar de que me consolabas
mi tristeza no cesaba,
pero tampoco dejaba de mirar a ese astro celestial
que sobre mi estaba.

Fue así que, como en un breve eclipse,
no volví a ver a mi luna,
y sintiendo como tus labios recostaban sobre los míos,
mis lágrimas reposaron en aquella hermosa cuna.

PARA PREGUNTARSE

¿nunca se preguntaron por qué o por quién hacen lo que hacen?
Muchos se dicen que lo hacen por si mismos ¿es eso cierto?
La sociedad o el mundo q nos rodea, nos presiona hasta sacar lo peor de nosotros; el pesimismo, el odio, la intolerancia, etc... Todo esto, no solo hace mal a las personas que nos rodean, también nos daña a nosotros mismos.
Viendo todo lo escrito hasta ahora, vemos la influencia de el ya dicho pesimismo en mi.

Bello dolor

Tan débil...
                    Ya ni volar quiero...

       Trato de estabilizarme, de levantarme y seguir adelante.
                                                                                       Pero, tristemente, no puedo.

Mis alas, ya rotas, se deslizan por el suelo.
           Mis ojos se cierran lentamente.
                       A mis piernas, ya no las siento.


         Miro hacia adelante y te veo.
                         Te observo caer hacia esas aguas que están detrás, mientras tu me ves a mi.

Acercándome, trato de salvarte, y me salpico en aquel hermoso y enorme lago.
             Nado hacia ti, hacia un fondo oscuro y profundo.
                       Por un momento, siento algo pasar por mis piernas. Mis manos te abrazan, te amarran.


        Intento llegar, tomar aire, dejar de ahogarme.  
                     Tus ojos se abren, aquellos bellos zafiros observan con preocupación.


Repentinamente mi cintura está rodeada.
                  Me jala hacia arriba.

                           Hemos llegado, al fin, lo hemos logrado.

La superficie es de lo más hermosa y, tocando aquella morocha tierra, una bella mariposa atrae mi tristeza.

                                                           Estaba muerta.

Paradojas

 Paradojas...cosas que tienen a ambos extremos en su gran concepto.
Paradojas... la vida podría ser una de ellas.
"Una vida larga y próspera...", "La vida es corta, no la desperdicies...". La vida es aquella por la cual pasamos experiencias hermosas y horribles, largas y cortas, calmadas y descontroladas.
"No pierdas tiempo...", "El tiempo no pasa más...", "El tiempo pasa volando...".
El amor... ¿podría acaso ser otra paradoja?.
Aun que les des vuelta y vuelta a estas monedas, siempre serán diferentes, siempre habrá algo nuevo a lo que mirar, algo que nos sorprenderá, agradará o desagradará; pero cambiará igualmente porque a cada minuto cambiamos nosotros. Todo cambia, se transforma continuamente y he así cómo logramos sobrepasar a estos enormes conceptos que, a veces, se nos van de las manos, se desbordan; dándonos otra meta para seguir luchando.