Te veo, por aquella pantalla que solo me mostrará un lado de ti.
Te cuento, tantas anécdotas al azar, con comentarios que ni pensabamos en usar.
Te escucho, aun que solo pueda obserbar simples palabras electrónicas...
Y pensar que todo esto lo siento frente a la inocencia de un niño dormido, frente a la grandeza de la naturaleza, frente a la enormidad de esta ciudad en donde vivo.
Viendo que vos estás tan lejos; contándote como te extraño; escuchando, atentamente, cúanto más nos quedará para volvernos a ver...