Pasa.
Que el músico atraiga.
Que dulces melodías seduzcan hasta al
más terco.
Que aquellos ojos, iluminados por la
felicidad de un instrumento, enamoren al instante.
El cabello revuelto de un
artista.
La mirada perdida de un pintor.
La sonrisa de un actor.
Los bellos sueños de un escritor.
Y aun así, tengo el descaro de
pensarte, la osadía de no querer sacarte de mi mente…
Endulzas recuerdos a tu antojo,
sabiendo que me dificultarás la salida.
Déjame liberarme de tus pentagramas de
oído.
Probar arte nuevo.
Solo lograré un efímero instante de
felicidad. Lo sé.
Comenzaré de cero.
Tendré enredos en brazos ajenos.
Cortes en mis labios, lastimados por
una pasión desconocida.
Creceré tempranamente sobre la cama.
Solo déjame soñar deliberadamente, sin
que estés observando cada instante en mi cabeza.
Hasta que quede exhausta.
Hasta decir basta.
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